Malasaña es para muchos el barrio donde tuvo lugar la famosa
Movida Madrileña de los 80, para otros es la zona de marcha de Madrid. Pero
Malasaña es mucho más que eso.
Oficialmente se encuentra en el Barrio de Universidad, en el
distrito centro de Madrid, y también se le conoce por Barrio de Maravillas, aunque
el nombre más conocido de esta zona tan peculiar de Madrid es Malasaña.
Y decimos peculiar porque es una zona donde conviven la
tradición y la modernidad. Y que en la zona más cosmopolita y moderna de una
gran ciudad como Madrid convivan los madrileños más castizos que mantienen sus
tradiciones con aquellos que traen a la capital las últimas tendencias es
cuanto menos, peculiar.
“Irreductible
aldea en el centro de Madrid” es el título de un excelente artículo
publicado en “El Viajero” de El Pais que os recomiendo leer, en el que su
autora detalla el sentimiento de vivir en Malasaña. Como yo no podría hacerlo
mejor, copio aquí algunos párrafos que expresan exactamente lo que yo quiero
decir y comparto plenamente:
“Malasaña es el país al que te deslizas después de caer por el hueco del árbol. Una irreductible aldea que se relaciona extrañamente con el espacio y el tiempo: con esa posibilidad de que un mismo local haya albergado distintos negocios confundidos en la memoria,..”
La condición mágica de este barrio, que tiene algo de Brigadoon, se confirma en la labilidad de sus límites y en sus denominaciones bárbaras y comerciales: Malasaña, Maravillas, Triball, Little London… Nadie sabe dónde empieza o acaba este lugar: San Bernardo, tal vez Amaniel, Carranza, la glorieta de Bilbao, Fuencarral, la Gran Vía o esa plaza que llamamos de la Luna (…)El barrio se expande y se retrae. Es el cuerpo de un caracol sin concha.
La naturaleza miscelánea y ambigua de Malasaña se refleja en los habitantes de un barrio donde se produce esa simbiosis entre lo paleto y lo cosmopolita que algunos identifican con Madrid: los profesionales liberales viven en pisos reconvertidos en lofts, gentrifican la zona, compran cómics en The Cómic Co., se visten en Biscuit o en La Pizarra, consumen cup cakes o pasan la tarde en Lolina Vintage, mientras viejas madrileñas, que bailan el chotis encima de un ladrillo, embuchan inverosímiles carritos de la compra. Todo sucede al mismo tiempo y en las mismas calles: Divino Pastor, Palma, Espíritu Santo…
El sistema venoso de las calles se impulsa desde la plaza del Dos de Mayo: niños que juegan, músicos y vendedores ambulantes, mendigos, paseadores de perros, noctámbulos que desayunan al aire libre… Los sábados, mercadillo de pulgas: Agatha Christie en gastadas ediciones, bisutería, vinilos con éxitos de los setenta. Alrededor, los bares con sus terracitas: el Sando’s, la pizzería Maravillas, el 2-D y, en la confluencia de la plaza con la calle de Ruiz, Cabreira, donde la mejor camarera del mundo, Auri, sirve unas sardinas marinadas con salmorejo o unos boquerones adobados exquisitos. En invierno, callos.
La oferta gastronómica de Malasaña se completa con menús asequibles como el de El Pico, El Chamizo —pollo y conejo al ajillo— y con delicias como las de El Cocinillas, In Situ y Montepríncipe, donde son muy celebradas las carrilleras. Excelente es el restaurante Bolívar, sobre todo en temporada de setas. Y cuando no, las croquetas de langostinos sobresalen. Para los vegetarianos, La Isla del Tesoro. Y para los amantes de las pizzas, Mastropiero, con su Napolitana con jamón.(…)
El teatro Maravillas, el Alfil, el Lara, las salas alternativas como Tú Teatro en Velarde satisfacen la sed de drama, mientras que la mitomanía literaria puede saciarse con la búsqueda de placas conmemorativas como la de Rosa Chacel, que en este barrio vivió y ambientó sus novelas Barrio de Maravillas o Memorias de Leticia Valle. Si uno mira bien, identificará rostros famosos entre la gente que toma el sol tras unas gafas oscuras: Adriana Ugarte, Elena Anaya, aquella chica que fue la más bella del mundo en un vídeo de Prince…
Y otro artículo que expresa igualmente todo lo que puedes
encontrar en Malasaña es el titulado Una
Malasaña de Cuento, que trata sobre el libro con el mismo título del
escritor Carlos Osorio, vecino del Barrio de Malasaña desde hace años.
Por ello, no es de extrañar que Malasaña sea una de las
zonas más solicitadas. Excelente ubicación en el centro de Madrid que te
permitirá recorrer Madrid a pie y la posibilidad de descubrir el auténtico
Madrid y las últimas tendencias de la capital.
Todo a un paso, todo a mano, todo en el mismo lugar y en el mismo momento...
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Si te interesa vivir esta experiencia de Madrid, puedes alojarte en alguno de nuestros apartamentos situados en el corazón de Malasaña.
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